sábado, 14 de mayo de 2016

El Palmar de Troya (y 6) El cegado Clemente tuvo un competidor

Clemente Domínguez, papa Gregorio XVII, murió el 21 de marzo de 2005 y a la mañana siguiente fue coronado como su sucesor Manuel Alonso Corral, que hasta ese momento era secretario de Estado de la Iglesia palmariana, con el nombre de Pedro II. En el sello papal del nuevo papa aparecía la imagen del Cristo de la Sábana Santa de Turín. Lo primero que hizo fue canonizar a su predecesor Clemente llamándole «Santo Papa Gregorio XVII, El Muy Grande». Publicó una serie de cartas apostólicas, entre las cuales sobresale la que declara como infalible que el nacimiento del Anticristo ha ocurrido en Belén en el año 2000. Así que la nueva criatura ya es un mocito de dieciséis años. A saber cuándo asoma por el mundo y qué aspecto tiene…

  
Muerto Alonso Corral el 15 de julio de 2011, le sucedió Sergio Ginés, nacido en 1959 en Mula (Murcia), y tomó el nombre de Gregorio XVIII. Fue seminarista en la diócesis de Toledo e ingresó después en el ejército antes de integrarse en la Iglesia palmariana. Fue ordenado sacerdote y consagrado obispo el 2 de diciembre de 1984 y fue secretario de Estado durante el pontificado de Pedro II. Su primer acto después de su coronación papal fue canonizar a su predecesor Pedro II y proclamar el Tercer Santo, Grande y Dogmático Concilio Palmariano, que tuvo lugar en El Palmar de Troya en 2012, en el que se trató de la terminación de la basílica, que fue acabada en 2014. Por cierto, que en la fachada colocaron entre otras estatuas la figura de Franco con su aureola de santo. Pero provocó tales rechazos, que tuvieron que meterla dentro de la basílica.
Gregorio XVIII acaba de colgar los hábitos papales. Según su propia confesión, «por pérdida de la fe» y el enamoramiento de un palmariana, la animadora cultural Nieves Triviño Girela de su pueblo de Monachil (Granada), donde la pareja ha puesto su nido.
Me gustaría saber si esa «pérdida de la fe» de Sergio Ginés, alias Gregorio XVIII, que él ha confesado, se refiere solo al tinglado de El Palmar o se extiende también a una pérdida de fe total en Dios… Él sabrá.
Al parecer, no ha sido mal acogida su salida de la comunidad de El Palmar, compuesta por unas 80 personas, entre obispos y monjas –encerrados en un recinto pequeño que puede explotar cualquier día–, por la rigidez de sus normas y de su carácter cuartelero que no dejaba que pudieran hablar siquiera con los vecinos del pueblo.
Le ha sustituido el cuarto Papa palmariano, el suizo Joseph Odermatt, con el nombre de Pedro III. Este, como es lógico, no podrá canonizar a su antecesor, como hizo él con Corral y Corral con Clemente, al largarse a vivir con una divorciada. Al parecer, ya está concertada la boda de Gregorio XVIII y Nieves Triviño para finales de agosto o principios de septiembre. ¿Por la Iglesia o por lo civil?
¡Jesús! ¡Qué lío…!
Y lío de competencias entre los pequeños Vaticanos que hay por el mundo. Porque, además del pequeño Vaticano de El Palmar de Troya, existen otros dos, uno en Francia y otro en Canadá, que también han surgido por inspiración divina. Es más, cuando Clemente Domínguez se autoproclamó papa en Colombia a la muerte de Pablo VI y se colocó el nombre de Gregorio XVII, ya existía otro papa del mismo nombre en Canadá.
El Gregorio XVII canadiense, que ha tenido un pontificado mayor que el español, se llamaba Gaston Tremblay, nacido en Rimouski, en Québec, el 8 de septiembre de 1928. Era Hermano de San Juan de Dios y salió de la Orden en 1952 para fundar su propia comunidad, a la que llamó Congregación de Jesús y María, que, después de ir de ciudad en ciudad, se estableció definitivamente en 1958 en St. Jovite, en Mont-Tremblant, Quebec.
En 1961, Tremblay se reunió con Michel Collin (1905-1974), líder de la Iglesia Renovada de Cristo, que se había proclamado papa con el título de Clemente XV, a la muerte de Juan XXIII y montó su propio Vaticano en Lorena, en Francia. Collin, según decía, había sido consagrado obispo en una misa presidida por el propio Jesucristo.
Las aficiones ufológicas del papa francés hicieron apartar poco a poco al canadiense, quien en 1971 fue elegido papa por ocho obispos, cuando aún no había muerto el papa Collin, y formó un colegio cardenalicio con doce hermanos de su comunidad.
Así que hubo un Gregorio XVII anterior al papa Clemente, que le precedió por inspiración divina en el papado y le sobrevivió, ya que murió el 31 de diciembre de 2011 en un hospital de Quebec.
¡Y lo gordo es que estos tres pequeños Vaticanos tienen sus seguidores!
Como diría aquel torero:
–¡Hay gente pa to!

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